¿Qué es la transformación digital de las empresas?
La Revolución Industrial del siglo XIX supuso una transformación económica, tecnológica y social que cambió el ritmo de la historia. De una sociedad rural, centrada en la agricultura, se pasó a una sociedad urbana, basada en la industria y la mecanización. Se aceleraron los tiempos y desde entonces la tecnología ha seguido avanzando frenéticamente, en favor de las empresas. Ahora, en pleno siglo XXI, estas empresas se encuentran inmersas en otra revolución, la transformación digital.
La transformación digital no significa únicamente la inversión en nuevas tecnologías digitales para la gestión y los procesos productivos de las empresas, es también un cambio de filosofía en las relaciones con el mercado, los clientes y los propios equipos internos. Las empresas que no sean capaces de afrontar el reto que supone adaptarse a esta nueva realidad tendrán muy complicado su futuro.
Las redes sociales iniciaron una revolución cuya principal característica es que los clientes pasan a ser sujeto activo en la organización empresarial. Sus opiniones son clave en la estrategia de la marca porque pueden llegar rápida y fácilmente a toda la sociedad y hay que tenerlas en cuenta. Del mismo modo, se exige un cambio en la relación entre la Dirección de la empresa y el resto del equipo humano, que ha de ser menos vertical para impulsar una horizontalidad que permita la comunicación más directa.
Es decir, la transformación digital en las empresas im
plica cambios en la forma de hacer negocios para, utilizando las nuevas herramientas digitales disponibles, conectar con la sociedad, los clientes y los empleados y conseguir así aportar nuevas propuestas de valor y diferenciación.
La transformación digital en la relación con el cliente
Gracias a la participación e interacción en las redes sociales, las empresas pueden conocer mucho mejor a sus clientes potenciales. El análisis de toda la información que se genera en estos foros digitales ofrece todas las pistas sobre los gustos del público, lo que ya no les atrae, qué les hace felices y contra qué se revelan. Con estos valiosos datos es más fácil encauzar las estrategias comerciales y mejorar la imagen de marca. Los blogs, las Apps, las herramientas digitales de medición también contribuyen a mejorar la interacción con los clientes.
Además, las nuevas plataformas digitales de atención al cliente y servicios postventa permiten resolver conflictos de forma más rápida y cercana. Para ello, las empresas disponen de cuentas corporativas en Twitter o Facebook, que evitan a los usuarios tener que desplazarse físicamente hasta alguna tienda, oficina o delegación para presentar alguna queja o información añadida. También los servicios de extranet segura para clientes contribuyen a mejorar la calidad del servicio. Las empresas disponen de infinidad de herramientas digitales para acercarse al cliente, incluso Apps móviles diseñadas para clientes que personalizan el trato y la atención.
La transformación digital en los procesos de venta
La figura del comercial visitando a sus clientes sigue estando presente, pero, ahora con muchas más herramientas que le ayudan en su trabajo. La creación de aplicaciones que permiten mostrar en línea los nuevos catálogos, ofertas o la situación de los pedidos, en tiempo real y de manera atractiva, mejoran tanto la fidelización, como la incorporación de nuevos clientes. Además, con la integración en línea de los datos de cada cliente se puede realizar un seguimiento mucho más personalizado para poder ofrecerle cupones de descuento y ofertas a medida.
La introducción del e-commerce como canal de venta ha transformado el comercio tradicional. La posibilidad de vender a personas situadas a miles de kilómetros de distancia amplía el concepto de público objetivo y elimina la barrera de la ubicación geográfica para considerar a los posibles clientes potenciales.
Si, con el comercio electrónico, las empresas son capaces de ampliar su volumen de clientes potenciales, la transformación digital también ha permitido introducir nuevos productos o servicios tecnológicos que complementan a los tradicionales o los transforman y con los que también se llega a un público más amplio. Es el caso, por ejemplo, de los dispositivos GPS incorporados en artículos tradicionales, como relojes o zapatillas de running, o los juegos de mesa, transformados ahora en juegos digitales.
La transformación digital en el interior de la empresa
La digitalización de los procesos internos de una empresa, ya sean administrativos, productivos, logísticos, etc. permiten agilizar las tareas y hacerlas más operativas. Pero el objetivo de la transformación digital en la estructura interna de una organización persigue también potenciar la comunicación entre todos sus miembros y, por tanto, la interacción. Una estructura más horizontal que la habitual jerarquía vertical de las empresas tradicionales permite generar flujos de información sobre todos los aspectos de negocio que contribuyen a tomar las decisiones estratégicas oportunas.
Con equipos de trabajo transversales que comparten y colaboran en red es mucho más factible, tanto encontrar las soluciones a posibles conflictos, como apostar por la innovación que mejore la calidad de los productos o servicios que se ofrecen.
Plataformas digitales de comunicación interna, como puede ser una intranet, potencian las buenas relaciones en el trabajo y, por tanto, la productividad.
En cuanto a las redes sociales, en manos de los trabajadores y las trabajadoras pueden convertirse en un arma de doble filo. Si la empresa ha sido capaz de transmitir su filosofía y ha sabido generar el orgullo de pertenencia entre su equipo, las opiniones vertidas en las redes o por la plantilla favorecerán la buena reputación de la compañía. Por el contrario, si la comunicación no ha sido la correcta es posible encontrar versiones negativas sobre los aspectos más internos de la empresa.
Innovación y Big Data
La transformación digital es un proceso que sigue avanzando. Las empresas que no quieran perder el tren de los cambios que se están produciendo han de estar atentos a la innovación digital y al Big Data, para analizar datos que pueden traducirse en ventajas competitivas. Para ello, es fundamental contar con profesionales que se mantengan en continua formación, que estén atentos al boom digital y sepan identificar toda la información que se mueve en la red.
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