El posicionamiento cuando el cliente busca

Con la grandísima penetración de Internet y el uso masivo de los buscadores, los consumidores han ido modificando paulatinamente sus hábitos de compra para adaptarse a esta nueva realidad. Esta adaptación es fruto de una evolución natural hacia un consumo más meditado, precedido por la gran cantidad de información de la que se dispone actualmente.

La compra de cualquier producto, y sobre todo los productos de gran implicación, llevan asociados unos riesgos que el comprador potencial percibe y trata de mitigar obteniendo la mayor cantidad de información posible para tomar la decisión final de compra con seguridad.

Esta información la obtiene principalmente de Internet, siendo las fuentes más habituales los motores de búsqueda, las redes sociales o los foros especializados. A través de estos medios el consumidor va adquiriendo tanto información relacionada con las características del producto, como opiniones en torno a él. Se ha comprobado como las opiniones que los usuarios vierten en las redes a cerca de productos y servicios son tenidas muy en cuenta por los demás consumidores y constituyen uno de los factores clave en la decisión de compra. Por todo esto, para las empresas es de vital importancia tener un posicionamiento adecuado en torno a las palabras clave (keywords) que enlazan con su negocio.

A través de un buen posicionamiento web nos aseguramos de que los resultados en los motores de búsqueda como Google enfoquen hacia donde la empresa tiene presencia, y así poder obtener un tráfico de calidad donde los consumidores encuentren la información que buscan y que la empresa brinda.

Una vez que se consigue que el potencial consumidor nos encuentre, es preciso optimizar las páginas de aterrizaje (landing pages) para que ofrezcan la información específica que se busca, y así evitar que las altas tasas de rebote penalicen el trabajo realizado en temas de posicionamiento en motores de búsqueda.

Con lo visto hasta ahora, nos encontramos en el primero de los pasos dentro del embudo de conversión hacia el objetivo final marcado, que no necesariamente debe ser una venta. Ya que la estrategia dependerá de la situación en la que nos encontremos y los objetivos variarán desde la creación de imagen de marca (branding), la generación de leads (formularios, registros…) o la conversión de venta.

Se puede llegar por tanto a la conclusión de que un buen posicionamiento es la primera piedra a sortear en el camino hacia una estrategia digital de éxito. Una web bien optimizada, sumado a la creación de un plan de contenidos acorde que refuerce nuestra imagen y presencia en los diferentes medios sociales, constituirán la mejor ayuda para saltar esta primera piedra. Los siguientes pasos vendrán determinados por el tipo de objetivo que se persigue y las acciones que mejor se amolden a este.

En definitiva, si tienes la intención de aprovechar el potencial del ámbito digital, las claves pasan por construir una imagen que refleje fielmente tu negocio, ofrecer un contenido de calidad y dejarse ver con un posicionamiento adecuado para que los potenciales consumidores nos encuentren fácilmente.